Una ciudad de básquetbol: del Carter effect al anillo
Corría el año 1993 en el norte profundo cuando David Stern -comisionado de la liga hasta el 2012- presentó ante la prensa la primera expansión extraterritorial de la NBA. Se sumaban dos equipos de Canadá: uno en Vancouver y otro en Toronto. Tras una votación popular, se decidió que los de Toronto se llamaran como los famosos dinosaurios de la película tan aclamada en su momento, Jurassic Park. En su primera temporada (la 95-96), bajo el mando de su primer General Manager, Isiah Thomas, los Raptors draftearon al base Damon Stoudamire, quien terminaría recibiendo el premio al Novato del Año. De todos modos, y a tras un draft de expansión -que se basaba en, junto con los Vancouver Grizzlies, elegir a los “descartes” de la liga-, algunos jugadores se rehusaban a ir a Canadá, por lo que se iban traspasados. En este contexto, terminaron con un récord de 21-61, aunque se llevaron el mérito de ganar uno de los 10 partidos perdidos de los Chicago Bulls de esa temporada, que terminaría con 72 victorias. Además, era claro que no había mucho apoyo del público en general, ya que Toronto se conocía como una ciudad de hockey sobre hielo.
Las dos temporadas siguientes seguirían un destino similar. A pesar de la elección del pívot Marcus Camby en el draft del 1996 y la del futuro all-star Tracy McGrady en el de 1997, los Raptors mantuvieron un balance negativo, llegando a perder 17 partidos consecutivos. Además, la destitución de Isiah Thomas como GM llevó a Stoudamire, estrella del equipo, a pedir el traspaso.
Luego de tres años de fracaso, en el draft del 1998 se produciría un movimiento que cambiaría la historia de la franquicia: los Raptors traspasaron los derechos del rookie Antawn Jamison a Golden State a cambio de la posibilidad de contar con el novato Vince Carter. De este modo, con 5 rookies, McGrady y el experimentado Charles Oakley, la suerte de Toronto parecía empezar a cambiar. Cada vez más gente acudía a los partidos a ver al gran Vince Carter, que no se achicaba por ser rookie, y con sus espectaculares volcadas y grandes jugadas animaba al público. Esa temporada los Raptors no entrarían a playoffs, pero sí lo harían por primera vez en la temporada 99-00, con el apoyo del veterano pívot Antonio Davis, aunque se irían barridos en primera ronda por los New York Knicks. Más allá de esto, y con la figura de Vince Carter cada vez más grande, el interés de la gente aumentaba exponencialmente, tanto que la franquicia debió mudarse del Skydome al Air Canada Centre. Por otro lado, Carter era una fuente de inspiración para pequeños, que comenzaban a jugar al básquetbol por verlo a él, y una atracción para los agentes libres, ya que comenzó a revalorizar la ciudad con, entre otras cosas, clubes nocturnos a los que invitaba a los jugadores que se encontraban en la ciudad para disputar algún partido. Así, la cultura de la ciudad fue cambiando y el deporte tomó una nueva perspectiva.
Las temporadas siguientes serían un alivio. Tras el traspaso de Tracy McGrady, que buscaba más protagonismo y creía que bajo la sombra de su primo Vince no lo conseguiría, los Raptors clasificaron a playoffs quedando segundos en su división, y llegaron a semifinales de conferencia, donde perdieron con los Philadelphia Seventy Sixers en un séptimo partido, muy recordado dado que el mismo Carter tuvo la posibilidad de ganarlo en el último suspiro, pero falló el tiro definitorio y los de Toronto perdieron la serie.
Luego de que Vancouver mudara su equipo en 2001, los Raptors quedaron como los únicos canadienses -y extranjeros- de la liga. En este contexto, la dirigencia buscó seguir reforzando el equipo para ayudar a Carter, quien renovaría su contrato, y para eso firmaron a Hakeem Olajuwon. Todo parecía encaminar a una buena temporada para los canadienses hasta que su jugador franquicia sufrió una lesión que lo dejó fuera desde el all-star hasta casi el final de la temporada. Tras una larga racha de derrotas, los Raptors lograron 12 victorias seguidas y entraron de último momento a los playoffs de 2002. De todos modos, se fueron a casa en 5 juegos contra los Detroit Pistons.
Después de tres años seguidos en postemporada, los torontianos volverían al sufrimiento, ya que en la 02-03 batieron el récord de más partidos perdidos por lesión de una plantilla con 519. Esa temporada fue un fracaso, y el coach Wilkens fue despedido. La única buena noticia fue que lograron reclutar en el draft a la futura estrella Chris Bosh. La temporada siguiente fue casi un calco, ya que a pesar de ganar en la noche inaugural a los New Jersey Nets, las lesiones fueron de nuevo determinantes, y el equipo terminó con un récord de 33-49. Ya en la temporada 04-05, las cosas cambiaron: tras años de fracaso dirigenciales, Vince Carter fue traspasado a los Nets a cambio de Alonzo Mourning, quien no quiso jugar en Canadá y finiquitó su contrato para mudarse a Miami. Una nueva era comenzó en Toronto, donde Chris Bosh era la figura máxima, y recibió la ayuda del recién contratado José Manuel Calderón, leyenda española y de Toronto. La campaña terminaría con un balance de 27-55 y un gran rencor contra Carter, lo que se mantendría por varios años.
La temporada 06-07 es una de las temporadas más recordadas en Toronto, ya que el equipo por primera vez en su historia logró el título de división y se coló en playoffs como tercero en la Conferencia Este después de cinco años. Con la ayuda del GM Bryan Colangelo y el coach Sam Mitchell -ambos ganadores del premio al mejor del año en su categoría-, Toronto construyó un proyecto estable con Bosh, T.J. Ford y Andrea Bargnani. Finalmente, caerían nuevamente en primera ronda contra los Nets de Vince Carter. A pesar de esta gran temporada, las siguientes dos serían un conjunto de lesiones y decepciones.
Otro cambio llegaría cuando en el draft del 2009 los canadienses seleccionaron a Demar DeRozan, quien se transformaría en la nueva cara de la franquicia. En coincidencia con la historia del equipo, las siguientes temporadas también fueron un fracaso, y más luego de la salida de Bosh hacia Miami. Pero no todo era negro para Toronto: Colangelo consiguió la contratación del entrenador Dwane Casey, drafteó a Terrence Ross y a Jonas Valanciunas, y fichó a Kyle Lowry y a Rudy Gay.
En la temporada 2013-2014 llegaría quien realmente cambiaría el destino del conjunto canadiense: el General Manager nigeriano Masai Ujiri. Finalizarían esa temporada, tras una gran acción dirigencial, con 48 victorias y un campeonato de división, perdiendo en semifinales de conferencia. En la siguiente temporada seguirían los buenos resultados, aunque caerían contra los Wizards en 4 juegos en primera ronda, mientras que en la 15-16 llegarían a finales de conferencia por primera vez en su historia, cayendo allí contra LeBron James y sus Cavaliers. Las consecuentes temporadas arrojarían un resultado similar: una buena temporada regular que culminaba en playoffs contra el poderío de LeBron. Se sumaron en estos años por medio del draft a Pascal Siakam, a Fred VanVleet, a Norman Powell y a OG Anunoby.
Hubo que esperar al verano del 2018 para que los Raptors realizaran el quiebre definitivo. Masai Ujiri echó la casa por la ventana al despedir al coach del año Dwane Casey y al traspasar al jugador franquicia Demar DeRozan por Kawhi Leonard y Danny Green. Comenzaron con un gran récord, y agregaron por medio de un traspaso a mitad de temporada a Marc Gasol. Finalizaron segundos en la conferencia con una marca de 58-24.
Con una actuación espectacular de Kawhi Leonard, y con la ayuda fundamental de Kyle Lowry -quien se convirtió en una leyenda en Toronto-, batieron a Orlando por 4-2 en primera ronda; avanzaron a final de conferencia gracias al renombrado tiro de Leonard sobre la bocina en el séptimo juego contra los Sixers; derrotaron al MVP Giannis Antetokounmpo con una racha de 4 victorias seguidas; y se consagraron finalmente frente a los vigentes campeones, los Golden State Warriors, en 6 juegos, alcanzando el primer anillo de la franquicia y el primer anillo de un equipo no estadounidense en la historia de la liga.
La historia de esta franquicia pasa de fracasos estrepitosos y malos manejos hasta la gloria máxima, con una base de fanáticos que se siente muy representada por el equipo y por su historia. Con un futuro esperanzador en el horizonte, no queda otra que ponerse la de Siakam y sumarse a esa hermosa fanaticada.