Todo a las espaldas del 30

La portada lo dice todo. Stephen Curry con la camiseta de los Warriors, Klay Thompson vestido de civil. A principios de la temporada nos preguntábamos: “¿Habrá que esperar un año más?” Finalmente, la respuesta fue sí. Luego de que Curry cargase al equipo al octavo puesto de la durísima Conferencia Oeste, los Warriors cayeron en los dos partidos de Play-In. Tuvimos que aguantar un año más sin poder ver a Steph en Play-Offs, pero sin dudas tuvo una temporada increíble que quedará en nuestras mentes por bastante tiempo.

Pretemporada

El día de la noche del Draft, el panorama de los Warriors cambió totalmente. La gerencia ya tenía decidido seleccionar a James Wiseman con el puesto número 2 del draft y así conseguir un potencial interior de élite para acompañar a los recuperados Stephen Curry y Klay Thompson. Sin embargo, esa misma noche, se informó que el segundo de los Splash Brothers había sufrido el desgarro del tendón de Aquiles, por lo cual, estaría otra temporada fuera de las pistas.

En la temporada baja, Kelly Oubre Jr. llegaba prácticamente gratis desde Oklahoma y Andrew Wiggins encaraba su primer comienzo de temporada como Warrior. Había talento de sobra para ocupar el puesto de Klay en la cancha.

El quinteto Curry-Oubre Jr.-Wiggins-Green-Wiseman despertaba ilusión en propios y alerta en extraños. La plantilla parecía mejor que la del año anterior, el regreso a la postemporada parecía más que posible.

Una irregular temporada regular

Ya el récord de 39-33 nos indica que el equipo fue bastante irregular. Pero si en ese balance hilamos un poco más hondo, vamos a encontrar la irregularidad en su máxima expresión.

Si sacamos la racha final de seis partidos ganados de manera consecutiva, podemos observar que tanto la máxima racha de triunfos como de derrotas es de apenas cuatro. Y no es que agarraban parciales de 4-0 o 0-4, generalmente no se repetía el mismo resultado más de dos noches de partido seguidas.

Un comienzo con bastantes inquietudes, hasta que…

Los cuatro partidos del 2020 dejaron demasiados interrogantes. Dos palizas ante Nets y Bucks, pero dos ajustadas victorias ante Bulls y Pistons. El arranque no había sido para nada bueno y había muchas cosas que cambiar. En estos cuatro partidos, Curry promedió 26.5 puntos, pero estaba teniendo un porcentaje de triples mucho menor al que acostumbraba (31%).

Inmediatamente se venían un par de duelos contra los Portland Trail Blazers. Curry vs Lillard. El primer cotejo fue paliza por parte de los de Oregon, con un Dame Dolla inspirado. Eso era lo único que necesitaba “The Baby-Faced Assassin” para prender la máquina.

El 3 de enero comenzó a gestarse la magnífica temporada de Steph. Sin nunca irse, había vuelto. En esa noche de San Francisco, (lamentablemente con un estadio totalmente sin público) el 30 brilló más que nunca. 62 puntos (máximo de carrera), 18 de 31 en tiros de campo, 8 de 16 en triples y 18 de 19 desde la línea de libres. Esto fue un punto de inflexión en la temporada y seguramente en la mentalidad los Warriors. Con un Steph así, los fans tenían permitido soñar en grande; pero principalmente nadie iba a poder criticarle al Chef su supuesta falta de liderazgo. Comenzaba a reafirmarse lo que nunca se tendría que haber puesto en duda: Wardell Stephen Curry II es el mejor base de la liga.

Casi todo el año igual

Me hubiese gustado no meter un periodo de tiempo tan largo en un mismo apartado… pero no encontraba la manera de diferenciar unos de otros. Como ya dijimos arriba, fue una temporada totalmente irregular, además de estar plagada de lesiones.

Desde esa noche contra Portland, casi todas las jornadas fueron iguales. La Curry-dependencia fue prácticamente total. Muchos partidos parejos, victorias muy cómodas o derrotas muy abultadas. No importaba cuál de estas tres circunstancias era la que ocurría, Steph casi siempre tenía un partidazo.

Draymond Green ejerció su rol de líder más que nunca y, además, tuvo una temporada individual más que buena. Rendimientos muy irregulares como los de Andrew Wiggins y especialmente el de Kelly Oubre Jr., hacían que no se sepa hacia donde iba el equipo. Talvez uno de ellos (o los dos) tenía una noche espectacular, pero en el partido siguiente era un desastre.   

Por otro lado, dos jugadores totalmente tapados dieron un paso hacia adelante cuando los aleros recientemente mencionados tenían malas noches. Jordan Poole y Juan Toscano-Anderson aportaron muchísima intensidad entrando desde la banca. Dos sorpresas más que gratas que los de San Francisco seguro aprovecharán en el futuro inmediato.

A lo largo de la temporada fue así. Una gran defensa que permitió que estén toda la temporada peleando por entrar a los play-offs; pero un ataque bastante malo e ineficaz. Si bien los estratosféricos porcentajes de Curry maquillan las estadísticas, si no tenemos en cuenta los números del 30 la situación hubiese sido muy diferente.

Los Warriors no tuvieron ni un solo tirador de ala confiable y, principalmente, consistente en toda la temporada. Además de Curry, no había nadie que te pueda salvar casi seguro un partido metiendo los tiros al final del encuentro. Talvez una noche aparecía Bazemore, otra Wiggins y, a veces, Oubre, pero ninguno era un “seguro”.

Lo que mantuvo a los Warriors en la pelea fue la estratosférica temporada de Steph, (más que nada en abril y mayo). Sin él, seguramente no estaríamos hablando de la excelente racha final que vamos a mencionar abajo, y menos del Play-In.

Principios de mayo: ganando cuando las papas queman

Al llegar el mes de mayo, los Warriors se encontraban décimos en la conferencia Oeste. Si bien estaba todo muy ajustado entre el 8vo y el 10mo, el equipo de la Bahía tenía que luchar para conseguir la ventaja en el Play-In. Y así fue.

De los 9 partidos que se jugaron, los Warriors perdieron solamente uno, además de conseguir un sprint final de seis victorias consecutivas, la mejor racha de la temporada.

Curry con unos locos 36.8 puntos, Wiggins y Poole en los mejores meses de la temporada (22.6 y 17.8) y Draymond promediando casi un triple-doble, fueron las claves para esta excelente racha final de los Dubs. Kelly Oubre Jr., el jugador más inconsistente de todos por lejos, no disputó ni un minuto por lesión. ¿Coincidencia? no lo creo.

Play-In: un final injusto

Prácticamente todos los pronósticos indicaban que los Warriors iban a entrar en los Play-Offs. Primero tenían que enfrentarse a unos Lakers con LeBron James y Anthony Davis que todavía no estaban totalmente curados de sus lesiones. En caso de no derrotar a sus vecinos californianos, iban a recibir al ganador del partido entre Memphis y San Antonio. A los primeros ya les habían ganado el último partido de la temporada para ver quien se quedaba con el octavo puesto, mientras que los Spurs no suponían una gran amenaza.

El encuentro frente a los Lakers no se definió hasta el final. Luego de ganar la primera mitad por 13 puntos, los de San Francisco cayeron en el último minuto producto de un triplazo de LeBron James.

Memphis había ganado y sería el rival en el partido “a todo o nada” en el Chase Center.  Desde el comienzo, el encuentro fue muy complicado para los locales. Con una segunda mitad a altísimo nivel de Stephen Curry, los californianos alcanzaron la prórroga. Eso sí, el ir a tiempo extra fue una sensación más amarga que dulce, puesto que Draymond Green erró una bandeja fácil para ganar el encuentro a falta de un par de segundos. Como suele pasar, lo que no entró en un aro, entró en el otro, y los Warriors se ahogaron llegando a la orilla.

Si bien los Grizzlies merecían igual o más que los Warriors el último cupo para la postemporada, solo a los seguidores de Memphis les convenía que Golden State quede fuera de las series eliminatorias.

Curry se lo merecía después de cargarse el equipo a la espalda toda la temporada. Por otra parte, la liga también le hubiese sacado más provecho. No es lo mismo vender una serie de Play-Offs con Stephen Curry que con Ja Morant, sin importar lo bueno y carismático que sea.

Luego de cargar al equipo a sus espaldas, Steph Curry estuvo a nada de volver a los Play-Offs.

Stephen Curry: un líder con todas las letras

Muchas cosas se dijeron siempre sobre Stephen Curry. “Sin otra estrella no es nadie”, “no puede cargar a sus espaldas un equipo”, “no hace otra cosa que tirar”. Nos vamos a atrever a refutar esas insólitas frases. Sin otra estrella, fue el máximo anotador de la liga y uno de los aspirantes al MVP. ¿Qué no puede cargar a sus espaldas un equipo? Con hacer un mínimo repaso de esta temporada nos damos cuenta que esa idea es una payasada. Y bueno, también podemos decir que “no hace otra cosa que tirar” es, en parte, una idea correcta: no hace otra cosa que tirar del carro.

Además de tener su mejor temporada en cuanto a anotación de su carrera (32 puntos por partido), también anotó más triples por partido que cualquier jugador en la historia de la NBA (5.3). Nadie anotó más de 5 por partido en una temporada, salvo Steph, que lo hizo tres veces, una locura. Lo más gracioso de todo esto, es que podemos decir que su 42% de acierto desde el perímetro de esta temporada, es un porcentaje “malo” en su carrera (su promedio de carrera es de 43%), una total locura.

¿Qué consiguió este año? A nivel colectivo, está claro que nada, pero no por eso no es una temporada histórica. Además de lo mencionado más arriba, Curry logró transformarse en el máximo anotador y asistente de la historia de la franquicia.

De todas maneras, lo principal no fue ninguno de sus récords personales. El nivel de liderazgo que tomó Curry esta temporada nunca se había visto en él. Salvo por sus primeras temporadas, Steph nunca tuvo una mala temporada a nivel colectivo: 5 finales consecutivas. La campaña pasada, Wardell estuvo en casi su totalidad lesionado, pero ya se notaba el liderazgo que ejercía desde la banca.

Este año, todo eso lo llevó dentro de la cancha. Era una situación inédita para él, era la primera vez que le tocaba ser la estrella en cancha de un equipo que pasaba por un mal momento. Vaya si respondió bien. Es más, los últimos partidos de la temporada los jugó con una pequeña fractura en el coxis. Ni las lesiones impidieron que salte a la pista a desplegar toda su magia y habilidad. Además, esta molestia no le afectó para nada en su rendimiento, o por lo menos no pareció.

Sin el número 30 en pista, esta temporada hubiese sido muy similar a la anterior. Tan sólo con ver todo lo que hizo, nos damos cuenta del impacto que tuvo en el parqué. En términos de valía, sería válido decir (sin menospreciar a Nikola Jokic), que Curry fue el jugador más valioso de la temporada.   

Andrew Wiggins: un poco de paz luego de tanta resistencia

Siempre se le va a pedir un altísimo rendimiento a Andrew Wiggins. Llegó a la liga en el puesto número 1 del Draft del año 2014 y muchos scouters pronosticaban que sería el próximo Kobe Bryant o LeBron James. Esas expectativas altísimas no le pesaron en su primera temporada (la de mejores sensaciones en su carrera) y se llevó el Rookie del Año. Desde ese momento se estancó, aunque sus promedios llegaron a ser de 23.6 puntos en su tercera temporada y de 19.7 en su estadía en los Minnesota Timberwolves, quienes, tras darle un resistido contrato máximo, lo traspasaron a los Warriors a cambio de D’Angelo Russell. Con todo eso en la espalda, Andrew Wiggins enfrentó su primera temporada completa fuera de Minneapolis.

A pesar de sus números estuvieron por debajo de sus promedios de carrera, lo que si mejoró el canadiense fueron los porcentajes. Por cuestiones llamadas Stephen Curry, Andrew toma menos tiros que en Minnesota, ahí está la razón de su bajada en los puntos. Aportó muchísimo en el sector defensivo, siendo el principal defensor perimetral de la franquicia a lo largo de toda la temporada y unos de los mejores de la liga. Si tenemos en cuenta los porcentajes de efectividad de los atacantes que él defendía (generalmente los mejores de los adversarios), fue uno de los jugadores que más “secas” dejó a las estrellas.

Lejos de tomar el rol que se suponía que iba a tomar a lo largo de su carrera (superestrella o al menos jugador franquicia), el nacido en Toronto supo tomar de buena manera el papel de segunda figura esta temporada. 18.5 puntos, 5 rebotes, los mejores porcentajes de su carrera y una gran mejora defensiva, le permitieron a Wiggins calmar un poco el “odio” popular. ¿Es el canadiense un jugador de un contrato máximo? Creo que no, pero tampoco es que merece chaucha y palitos.

De todas maneras, su futuro en la franquicia es incierto. Lo más probable es que se termine quedando, pero es la pieza de más valor que los Warriors estarían dispuestos a traspasar para mejorar la plantilla.

Quedo claro que en el deporte el contexto lo es todo. En una estructura armada, donde cada integrante sabe qué lugar ocupa, como en los Warriors, Andrew Wiggins, sin que todos los flashes apunten hacia él, seguramente tuvo la mejor temporada de su carrera.

Kelly Oubre Jr: la mayor decepción

Kelly Oubre Jr. llegó a los Golden State Warriors para reemplazar a Klay Thompson, pero aportando todo lo contrario a Klay Thompson. Tsunami Papi es un jugador mucho más físico y que la mayoría de sus puntos son producto de volcadas o bandejas. Por el contrario, sabemos bien cuál es la principal arma del Splash Brother: el triple. Si bien Oubre venía de tener su mejor temporada en cuanto al tiro perimetral, su 35% estaba muy lejos de lo que aportaba Thompson. De todas maneras, el fichaje era una apuesta, ya que el ex-Suns estaba en su último año de contrato.

Claramente la jugada salió mal, y peor de lo que cualquiera hubiese imaginado. Empezó extremadamente pésimo. Más allá de la intensidad defensiva que aportaba, en sus primeros 10 encuentros, metió solo 7 de 51 triples (cuatro en un partido), lo que da un tristísimo 14%. Si sacamos ese partido que estuvo acertado, obtenemos que encestó solo 3 de sus 45 intentos desde el perímetro, lo que da un patético 6%.

Por diferencia, febrero fue su mejor mes. 20 puntos de promedio en 15 encuentros, 6.5 rebotes, pero principalmente un 50% en campo y 43% de triple. En ese periodo consiguió sus 5 mejores marcas de la temporada, incluyendo una noche de 40 puntos (14/21 TC 7/10 3P) contra Dallas Mavericks.

Sin embargo, el jugador más irregular de la temporada promedió 14 puntos y un 23% de triple en el mes de marzo, donde, paradójicamente, tuvo una lesión de muñeca. Nunca terminó de curarse. Jugó unos pocos partidos salteados, donde encima perdió la titularidad a pesar de haber mejorado un poco sus números.

Finalmente jugó 55 partidos (50 de titular), promedió 15.4 puntos, 6 rebotes, 43% de campo, 32% de triple y un pobre 69% de tiros libres, cerrando así una pobrísima temporada en base a lo que se esperaba.

Sería muy extraño que siga en los Warriors. Está claro que con el retorno de Klay Thompson, Kelly ocuparía el rol de sexto hombre, cosa que el ya declaró que cree que no merece. Además, es agente libre sin restricciones y, si hay algo que a los Warriors no le sobra, es espacio salarial.

Draymond Green: volviendo a ser él

Luego de un par de años en los que Draymond Green bajó un poco su rendimiento y sufrió un par de lesiones, en esta temporada volvió a ser el jugador al que estábamos acostumbrados.

Desde el primer momento, se notó todo lo que es él. Garra, pasión, intensidad, hambre de gloria, experiencia, maestría y hasta altercados con los árbitros. Nunca dejó de hacer todo esto, pero en esta temporada, donde el equipo fue muy diferente al de los recientes años de gloria, tenía que dar un plus de todo eso.

Así fue. Nunca se le va a pedir a Draymond Green que anote 20 puntos por partido. Ese no es su rol, aunque debería volver o al menos acercarse al gran porcentaje de triple que supo tener en las temporadas del Big-Three con los Splash Brother antes de la llegada de Durant (34% y 39%).

A pesar de tener los peores números de anotación de su carrera desde que forma parte del quinteto titular, superó ampliamente su récord de asistencias por partido. En esta 2020-21, sus números fueron de 7 puntos, 7 rebotes, 9 asistencias y 1.7 robos.

Además de todo el arsenal defensivo que le conocemos (incluye sus mañas), el papel de mentor y líder que cumple, talvez es lo más importante que hace. Este año, lo vimos muchas veces dándole consejos a James Wiseman. Siempre en un tono muy amistoso y alentador, le marcaba sus errores y las cosas que podía mejorar.

A pesar de que muchos lo discutan o lo odien, Draymond es un líder muy positivo. Si bien hay veces que no da el ejemplo cuando discute con los árbitros o se pelea con un rival, dentro de la cancha podría decirse que es aún más líder que Stephen Curry (de quien no caben dudas sobre su liderazgo).

https://www.youtube.com/watch?v=OmvJ_icZLA4

James Wiseman: un talento todavía por pulir

El año de novato de Wiseman se cerró con apenas 39 partidos jugados. Fueron 27 como titular, con promedios de 11,5 puntos (51,9% campo, 31,6% triples, 62,8% libres), 5,8 rebotes y 0,9 tapones en 21,4 minutos por encuentro. Muy buenos números para la cantidad de minutos en cancha, aunque, también es verdad, que se esperaba un impacto muchísimo mayor de quien fue seleccionado en la segunda posición del Draft. Lo que debe señalarse, es que Steve Kerr decidió ir llevándolo de a poco y este fue el principal motivo de su baja cantidad de minutos.

El 10 de abril sufrió una rotura de meniscos que dio por finalizada su temporada debut. Hasta ese momento, más allá de sus buenos números, las sensaciones que dejó fueron buenas en el aspecto ofensivo, y malas en el defensivo. Esto ya se sabía al momento de draftearlo. En defensa, lo único sorprendente fueron los tapones espectaculares que metió, pero no mucho más. En ataque, fueron recurrentes sus corridas tanto sin y con pelota, para finalizar cerca del aro. Esto no se ve casi en ningún pívot, y menos en uno de 2.16 metros.

Un detalle no menor y que hay que recordar, es su casi nula cantidad de partidos en la Universidad de Memphis. Por problemas legales en el reclutamiento, Wiseman jugó apenas 3 partidos universitarios. A pesar de todo el talento que tiene dentro de su gigantesco cuerpo, llegó a la NBA casi sin jugar partidos totalmente competitivos.

Repetimos. Esta más que claro que el impacto de Wiseman estuvo lejísimos de ser el de un pick número 2. Pero si repasamos los segundos seleccionados de los últimos drafts, vemos que sólo Ja Morant tuvo un gran impacto de manera inmediata. D’Angelo Russell, Brandon Ingram y Lonzo Ball tuvieron temporadas rookies bastante por debajo de lo que se esperaba y dos de ellos terminaron siendo All-Stars y el otro encontró su rol. El caso de Marvin Bagley III es el que más se asemeja al de Wiseman. Interior con una movilidad y agilidad suprema, pero con muchos problemas de lesiones a pesar de su gran potencial.

En mi opinión, a Wiseman hay que darle tiempo. No sé si una temporada más o dos, pero no debería ni llegar a pensarse meterlo en un traspaso. Tiene muchas condiciones para ser el pívot del futuro de la franquicia y uno de los mejores de la liga. Tiene apenas 20 años y mucho que aprender, cosa que puede ser mucho más fácil teniendo al lado a Draymond Green. Insisto; traspasarlo considero que sería un error gravísimo.

Jordan Poole: una sorpresiva redención

Tras ser elegido en la 29na posición del Draft del 2019 y tener un año rookie muy lejos de ser positivo, (57 partidos, 14 como titular, 8,8 puntos, 2,1 rebotes y 2,4 asistencias en 22,4 minutos, con unos porcentajes muy malos de 33,3% campo y 27,9% triples), el futuro de Jordan Poole parecía estar en la G League, al menos por un corto tiempo.

Apenas comenzada la burbuja de la liga de desarrollo en febrero, el nacido en Milwaukee fue asignado a los Santa Cruz Warriors luego de tener un rol bastante residual en los primeros partidos de la temporada.

Allí agarró una confianza brutal y pudo demostrar todas las cualidades que en un ambiente golpeado como el del primer equipo no pudo. En 11 partidos promedió 22,4 puntos (45,1% campo), 5,3 rebotes y 3,5 asistencias en 33,5 minutos. Al terminar el corto torneo, Steve Kerr lo insertó rápidamente en la parte importante de la rotación. En su primer partido ya demostró su gran cambio: 26 puntos (10/16 TC 5/10 3P) en 26 minutos en una derrota frente a los Suns.

Su desempeño a lo largo de la segunda parte de la temporada fue un poco irregular. En los 10 primeros encuentros no bajó de los 14 puntos en ninguno alcanzando la veintena en cuatro de ellos. Los últimos cinco partidos de ese período, fue titular debido a la lesión de Curry. En los siguientes 20 encuentros, perdió un poco de lugar, teniendo partidos buenos y otros no tanto. Sólo en dos noches rebasó las dos decenas de puntos.

El cierre de temporada fue muy bueno y sorprendente. Si agarramos la racha de las 6 victorias consecutivas a final del semestre regular, observamos que promedió 20.5 puntos en 26 minutos en partidos que definían el destino del equipo.

Luego en el Play-In bajó sus puntos a 14.5, pero lo más importante fueron las sensaciones que dejó. En el partido contra Memphis, fue el último en dejar de luchar. Ya no servía para mucho, pero el joven de casi 22 años en ese momento, convirtió un triple que pocos hubiesen siquiera intentado.

Ante la falta de jugadores de creación y tiradores asentados que tuvieron los Warriors esta temporada por fuera del nombre “Stephen Curry”, Jordan Poole supo acomodarse en el equipo. Aportando una considerable cantidad de puntos y buenas sensaciones desde la banca, fue la sorpresa más grata que tuvo la franquicia de la Bahía.

Juan Toscano-Anderson: el alma Warrior latina

Desde su nacimiento que está relacionado con los Golden State Warriors. Toscano nació precisamente en Oakland y creció viendo a los Warriors de principio de siglo. Desde la temporada pasada tuvo la posibilidad de vivir un sueño, representar al equipo de su ciudad natal. Con la gran cantidad de lesiones en el plantel, el mexicano tuvo su chance luego de mostrarse en el equipo de desarrollo. Lo hizo bastante bien y logró firmar un contrato por el resto de la temporada con el equipo principal.

Unos días antes del comienzo de esta temporada, los Warriors lo cortaron y parecía que el sueño de Juan había finalizado. Sin embargo, un par de días después firmó un contrato two-way. 

A pesar de su contrato de dos vías, Toscano siempre estuvo con el equipo principal. Siempre se lo notó con una actitud distinta a la de los demás. Él estaba cumpliendo un sueño que no quería que se acabara. Cada pelota para el parecía que era la última, como cuando contra los Boston Celtics se tiró a la zona de comentaristas para salvar un balón y se abrió la cabeza demandándole más de 35 puntos de sutura. En esa jugada, el mexicano logró su cometido, que la jugada termine en puntos (triple de Curry).

Sus 5.7 puntos, 4.4 rebotes y 2.8 asistencias en 21 minutos de juegos están lejos de ser números muy llamativos. Pero Juanito no está para eso. Todo el corazón que dejó en la cancha fue recompensado con un contrato garantizado con el primer equipo.

https://www.youtube.com/watch?v=qbaOWfFwH58

Conclusión

Personalmente, fui un fiel seguidor de la temporada de los Warriors. Desde los primeros partidos quedó demostrado que luchar por el anillo era casi una completa utopía. Esta temporada va a ser recordada por mucho tiempo. Tiene características muy similares a las del “We Believe” aunque, como dijo Draymond, “tienen a un Curry”.

De Steph no hay mucho más para decir de lo que ya se viene diciendo. Si hay que reiterar algo, es que definitivamente es un líder y no me voy a cansar de decirlo.

El año que viene con Curry, Green y la vuelta de Klay, se puede aspirar a algo más grande, pero esta temporada podría ser la salida de la meseta.

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