Sin Kemba no hay paraíso
La temporada de Charlotte Hornets fue regular. Un récord de 23 victorias y 42 derrotas, rookies y sophomores (jugador con un año de experiencia NBA) sorpresas, los tiros clutch que siempre regalan en la mayoría de sus victorias y la misma tarea de cada año, ocupar el tan disputado octavo puesto de la conferencia este.
Luego de no clasificar a los playoffs de la temporada pasada, los Charlotte Hornets sufrieron la peor pérdida. La ida de Kemba Walker a Boston Celtics por 4 años y 141 millones de dólares, dejando a la franquicia sin su cara y figura principal. Mala jugada del dueño de la franquicia, Michael Jordan, que no le quiso pagar lo que realmente valía a Kemba.
Se va el jugador histórico de la franquicia pero traen a otro para que ocupe su lugar. De Boston Celtics llega Terry Rozier III y firma 3 años por 58 millones de dólares. Jugador apto pero no una super estrella. En el draft escogieron con su pick número 12 a un ala pívot, PJ Washington de la universidad de Kentucky que en la temporada iba a sorprender.
La temporada de Charlotte fue un desastre en todos los aspectos debido a la demasiada irregularidad del equipo, flojos planteos tácticos del coach James Borrego, ya sea en ofensiva o defensiva, y los números lo demuestran. Último de los 30 equipos en puntos por partido y en rating ofensivo. Distracciones, defensas muy livianas, jugadores veteranos lo colocan en el vigésimo cuarto equipo de treinta con peor rating defensivo.
Pero no todo es de negro en la franquicia de los Hornets. Una aparición en la temporada del sophomore, Devonte Graham, dió tanto de hablar que hasta se lo consideró para el MIP. Y sus números lo justifican: de promediar 4 puntos en su temporada rookie pasó a marcar 18 puntos por partido en esta. Increíble, con tiros clutch, repartiendo juego con 7 asistencias por partido pero tiene su punto débil, su defensa.
Los jóvenes en Charlotte dieron que hablar y también es el caso del rookie ala pívot PJ Washington. Ni bien arrancada la temporada sorprendió contra Bulls su partido con 7 triples convertidos de 11 intentados. Bestial para alguien en su posición y en ese partido marcó 27 puntos para llevarse la victoria. Durante la temporada tuvo sus altas y bajas pero promedió 12 puntos y 5 rebotes. Le falta pero es un diamante en bruto para la franquicia de Charlotte.
La temporada, en sí, fue de apariciones para Hornets. Las de Devonte, las de Rozier o algún tiro clutch de Malik Monk para ganar un partido, especialmente a los Pistons. Victorias contra Rockets, Nets, Dallas o Miami fueron puntos muy altos para el equipo pero la irregularidad siempre estuvo. Ya que un día le gana a Houston Rockets, contender, y a los dos días pierde contra los débiles Hawks de Atlanta (20 victorias, 47 derrotas) que esta temporada fueron un desastre.
En conclusión, esta fue temporada de Charlotte Hornets; irregularidad, malos planteos, buenas apariciones de jóvenes y partidos infartantes hasta el segundo final. Y antes de finalizar, hay que remarcar el mal manejo de Michael Jordan (propietario de la franquicia) con los salarios. Batum, francés veterano, cobra 25 millones por año pero esta temporada fue penoso, 3 puntos por partido su promedio en 22 juegos, ya que vivió lesionado. Bismack Biyombo cobra 17 millones y, también, jugador de apariciones, y muy pocas. Esto es Charlotte Hornets.
Un récord de 23 victorias y 42 derrotas lo posicionan décimo en el oeste a 7 partidos del tan deseado octavo puesto. Solo eso salvaría esta temporada de los Hornets.
