Que este mal año no se haga costumbre
Los New Orleans Pelicans tuvieron una temporada muy irregular en la cual terminaron en el puesto 11 de la dura Conferencia Oeste y ni siquiera pudieron entrar al Play-In. Sin embargo, no todo fue malo para los de Louisiana. Zion Williamson estuvo sano prácticamente toda la temporada y demostró todo lo que puede dar.
A principio de la temporada, se estimaba que los Pelicans serían un equipo que pelearía por ingresar a los Play-Offs y que estaba lejos de tener una plaza asegurada. Al terminar la campaña, ese pronóstico quedó un poco en deuda. Sacando los diez primeros partidos de la temporada, donde las posiciones son muy volátiles y se están acomodando, los Pelicans solo estuvieron un día en la clasificación al Play-In. Si bien sus dos principales individualidades tuvieron una muy buena temporada, el equipo no acompañó lo suficiente.
Mal armado en el equipo
Estorbar a Zion
El principal factor que podemos encontrar es lo mal diseñada que estuvo la plantilla. Sabemos que Zion Williamson es un jugador que necesita tener toda la pintura para él y y que sus 4 compañeros se encuentren medianamente abiertos. Esto sería posible haciendo una de estas dos cosas: o Zion va de pívot (algo que por su altura no sería muy recomendable), o el pívot tiene que ser uno de los considerados modernos que se abre mucho para tirar de 3.
NOLA no hizo ni una cosa, ni la otra. Si bien Steven Adams agarró una gran cantidad de rebotes que, sumados a los de Zion, le permitieron al equipo ser el tercer equipo más reboteador de la competición, ambos se “chocaban”. Y esto no fue todo, ya que, si tenemos en cuenta a los pívots suplentes Hayes y Hernangómez, vemos que ambos cumplen la misma función que Adams.
Es decir, Zion no es compatible con un pívot clásico que domina la pintura. ¿Qué hicieron los Pelicans? Traer a dos pívots sin tiro exterior como el ex-OKC y el español y no tener uno que tire al menos en lo profundo del roster.
Sin tiradores
En una época donde el triple es la principal arma de los equipos, los Pelicans no tenían ningún francotirador especialista en la plantilla. Si bien es cierto que J.J. Redick comenzó la temporada en New Orleans, este, además de jugar poco antes de marcharse, tiró los peores porcentajes de su carrera. Lonzo Ball y Brandon Ingram fueron los mejores (y casi los únicos) tiradores del quinteto cuando su función claramente no es esa, sino la de generar juego para ellos y para los demás.
Por otro lado, Eric Bledsoe tuvo la peor temporada de su carrera en general desde que comenzó a jugar de titular. Si bien llegó junto a un par de primeras rondas futuras de Milwaukee (las cuales no van a ser gran cosa), el downgrade en la posición de escolta fue muy grande. Jrue Holiday es mucho mejor jugador que Bledsoe y mucho más compatible con Zion.
No todo fue malo
Zion Williamson is a true superstar
Siendo esta su primera temporada completa, Zion Williamson cumplió todo lo que prometía e incluso más. Dominancia pura y dura. Unos porcentajes y volumen de anotación que no se veían desde el mejor Shaquille O’Neal. Sus promedios de campo fueron del 61%, siendo este el octavo mejor de la liga, pero tirando el casi el doble que los jugadores que quedaron mejor posicionados.
En 61 partidos, Zhanos promedió 27 puntos, 7.2 rebotes y casi 4 asistencias en 33 minutos de juego. Este segundo año de su carrera podría decirse que, a nivel estadístico, fue mejor que el segundo de LeBron James. Fijándonos en las estadísticas cada 36 minutos (ya que LeBron jugaba 42.4 minutos y Zion sólo jugó 33), en anotación la diferencia es bastante grande a favor de Williamson. Pero bueno, está bien, The King lo supera por bastante en asistencias. Creo que de esta manera queda bastante demostrado que tan buena fue la temporada del número 1 del Draft de la temporada pasada.
Algo que talvez pudo haberlo favorecido es la gran cantidad de flashes que perdió. Siempre hay un par de novatos a los cuales se los mira muy de cerca y todo lo bueno o malo que hagan se magnifica, como le pasó a él la temporada pasada. Siendo este su segundo año, el papel que tenía lo agarraron los LaMelo Ball o Anthony Edwards y Zion pudo hacer su trabajo de manera más silenciosa.
Luego de esta gran temporada que le permitió ser titular en el All-Star (aunque originalmente era suplente y entró en reemplazo de Embiid), es totalmente irrefutable que Zion Williamson es una verdadera superestrella y llegó para dominar la liga.
Lonzo y Brandon, desde Los Ángeles con amor y ¿futuro?
Esta también fue la segunda temporada tanto de Lonzo Ball como de Brandon Ingram en Nueva Orleans. Sabemos que ambos llegaron en el traspaso de Anthony Davis y que el año pasado, (sin Zion gran parte de la temporada) el alero fue All-Star.
Este era el momento de que Ingram ratifique su nivel con Williamson al lado, y que Lonzo tenga una subida en su juego. Ambas cosas sucedieron.
Ingram tuvo unos números prácticamente calcados a los del año anterior. La misma cantidad de puntos por partido (23.8), 4.9 asistencias contra las 4.2 del pasado, en rebotes bajó bastante por tener a Zion y Adams al lado y sus porcentajes apenas variaron (de 46% a 47% en TC y de 39% a 38% en 3P). Todo esto jugando casi los mismos minutos respecto a la campaña pasada.
Claramente no fue All-Star por las circunstancias. El mal récord del equipo y el no ser el jugador franquicia fueron los lógicos motivos de su no reaparición en el Juego de las Estrellas.
Por su parte, Lonzo Ball dio un paso hacia adelante tanto en lo estadístico como en lo que a sensaciones se refiere. A pesar de haber bajado un poco en asistencias y rebotes, en el aspecto anotador mantuvo sus buenos porcentajes, pero tirando mucho más. Pasó de los 11.8 puntos por encuentro a 14.6.
Esta agencia libre es agente libre restringido, por lo cual los Pelicans podrán igualar cualquier oferta que le llegue. Sin embargo, en los últimos días salió un rumor que afirmaba que los despachos no consideraban pagar una locura para retenerlo. Suena su retorno a los Lakers, suenan los Knicks y también los Bulls. Su futuro es totalmente incierto.
Conclusión y futuro
Los Pelicans tienen que armar un buen equipo alrededor de y compatible con Zion Williamson y Brandon Ingram. Me parecería un error no intentar retener a Lonzo (salvo que tengan que darle un máximo o algo similar), ya que es un pasador de elite, que asiste mucho a Zion y mete sus tiros. Lo que sí o sí deberían hacer es traspasar a Adams y Bledsoe (o al menos a uno de los dos) y reemplazarlos con un escolta con buenos porcentajes y un pívot que juegue abierto.
El proyecto defensivo de Stan Van Gundy no funcionó ni de cerca y ya no dirige más al equipo. Debido a esto, parece estar todo cerrado con Willie Green, ex NBA y actual asistente en los Phoenix Suns.
También surgieron rumores de que el entorno de Zion Williamson asegura que la estrella no está feliz en New Orleans y no ve un futuro ganador allí. De ser verdad esto, los Pelicans estarían en un serio problema.
Los New Orleans Pelicans parecen tener las piezas principales para un buen futuro, pero están muy lejos de rodearlas bien y eso se notó esta temporada. Cuentan con el pick 10 del próximo Draft y hay que ver si pueden conseguir algo interesante. La ecuación es muy simple: ZION CONTENTO = BUEN FUTURO, ZION MOLESTO = FUTURO DUDOSO.