Pecados de juventud

Cleveland Cavaliers finalizó la temporada número 3 en la era post-LeBron y, si bien el proceso de reconstrucción parece estar lejos de terminar, al menos está más clara la dirección en la que se está marchando. El núcleo joven que tuvo su germen en la campaña 2018-2019 se está volviendo cada vez más sólido. Los veteranos mantienen su rol en el equipo, a pesar de que algunos migraron hacia otros pagos. Aún así, poco a poco empieza a asomar un interrogante que los ejecutivos deben plantearse en un futuro cercano: ¿cuánto tiempo más puede resistir un equipo (y una afición) a apenas asomar la cabeza por sobre el nivel del agua?

Una temporada de mayor a menor

El arranque de un nuevo torneo se encaraba con más o menos las mismas expectativas que el anterior. Apenas unos días después del inicio, la NBA en su conjunto se chocó con la noticia de uno de los traspasos más estruendosos en la historia de la liga: James Harden abandonaba Houston Rockets para formar un Big Three en Brooklyn Nets con Kevin Durant y Kyrie Irving. Los Cavs se vieron directamente afectados en esta transacción, ya que el intercambio involucró a cuatro equipos en total y ellos fueron uno: a cambio de Dante Exum y una ronda del Draft (perteneciente a Milwaukee) arribaron Jarrett Allen, pívot de 22 años, y Taurean Prince. Yogi Ferrell y Thon Maker fueron cortados para hacer lugar a las nuevas incorporaciones en el roaster.

Estos movimientos se dieron en un contexto bastante particular, ya que las primeras presentaciones de Cleveland no resultaron ser tan catastróficas como se preveían. Incluso algunos días después del trade de Harden, los dirigidos por JB Bickerstaff hilaron un par de victorias (incluyendo un espectacular back-to-back contra los Nets de Durant e Irving) y mantuvieron un récord positivo en el primer tramo de la campaña. Pero las lesiones hicieron mella en el plantel que sufrió progresivamente las bajas de diversos titulares y las malas rachas comenzaron a llegar.

Ya sin Andre Drummond (quien era uno de los estandartes y se fue mediante buyout a Los Angeles Lakers), Cleveland ganó apenas cinco de sus últimos 28 encuentros y finalizó decimotercero en la clasificación. Lejos de los puestos de play-in, los ojos están puestos (hace rato) en lo que está por venir. El desafío por delante es dar ese salto de calidad necesario para dejar de ser un equipo de fondo de tabla. Y estas son algunas de las claves:

Sexland: la tierra prometida

Las temporadas de Collin Sexton y Darius Garland fueron, sin dudas, uno de los puntos altos en los Cavs. La dupla (que posiblemente tenga el mejor apodo de la liga o, al menos, pelea cabeza a cabeza con los Splash Brothers) en el backcourt deslumbró y se convirtió en el motor ofensivo del equipo. Sus números hablan por sí solos: 24.3 puntos por juego para el pick número 8 del Draft 2018, 17.4 junto con 6.1 asistencias para el número 5 del 2019.

Lo único que pudo frenarlos un poco fueron las siempre inoportunas dolencias. Una torcedura en el tobillo izquierdo de Sexton lo dejó afuera de las canchas luego de 155 partidos consecutivos sin ausencias. En el caso de Garland, también fue un dolor en su tobillo lo que cortó su espectacular racha en abril, casi sobre el cierre de la campaña.

Sexland se erigió como una de las mejores duplas jóvenes de la NBA // Crédito: Todd Kirkland / AFP

Ambos demostraron que son jugadores de élite y que aún no parecen haber alcanzado su techo en cuanto a rendimiento. Pero el interrogante se presenta, casi inevitablemente: ¿puede alguno erigirse como estrella para construir alrededor de él? Ese parece ser el gran dilema que la franquicia enfrenta en esta off-season. Además, ya comenzaron a correrse rumores que ubican a Young Bull en otros destinos: Nueva York, Indiana y Nueva Orleans, algunos de ellos. ¿Tradear a un interesante proyecto por una pieza de peso en el roaster? ¿Apostar por un (otro) salto de calidad del talento joven que hay en Cleveland con Sexton y Garland como estandartes? Todo está por verse.

Un rookie que pisa fuerte

Isaac Okoro llegó a los Cavs por la quinta posición del Draft 2020, apenas después de jugadores que ya se están haciendo un nombre en la NBA como Anthony Edwards o LaMelo Ball. Sin tanta expectativa (ni tanto revuelo mediático) como sus predecesores, el recién llegado de Auburn mostró una buena parte de su repertorio como jugador. Su defensa, aspecto por el que destacó particularmente antes de su llegada a la liga, estuvo a la altura de las circunstancias y fue un aporte fundamental en la rotación. También fue el que más partidos disputó (67 presentaciones en total) y, a pesar de estar en su primer año, uno de los que más minutos promedió en cancha: 32.4, tan sólo por detrás de los ya mencionados Sexton (35.3) y Garland (33.1).

Okoro está proyectado como uno de los mejores defensores perimetrales de la liga en algunos años // Crédito: Getty Images

Por otra parte, sus falencias en el costado ofensivo también se hicieron notar: un pobre 29.0% desde la línea de triples y serias dudas a la hora de controlar el balón y crear juego. Afortunadamente, ninguno de estos aspectos resulta imposible de mejorar: Okoro tiene un largo camino por delante para desarrollar estas habilidades e incluso perfeccionar su capacidad de finalización cerca del aro, la cual es decente. Algunos ajustes en estos aspectos lo colocarían un escalón por encima de su consideración actual.

El árbol que no para de crecer

Incluido en el mega-traspaso por James Harden, Jarrett Allen llegó a Cleveland proveniente de Brooklyn y su incorporación fue una de las mejores noticias que la franquicia recibió esta temporada. A cambio de prácticamente nada (Dante Exum y una segunda ronda vía Milwaukee), los Cavs sumaron a uno de los mejores defensores de la pintura en la NBA. Ni hablar del hecho que apenas tiene 23 años y un enorme futuro por venir.

A pesar de tener varios nombres antes que el suyo en la lista (Drummond, Love o Nance Jr.), las lesiones, los traspasos y, principalmente, el mérito propio le hicieron a Fro un lugar en el quinteto titular. El impacto fue inmediato: líder del equipo en rebotes (9.9 por partido) y tapones (1.4) en la 2020-2021. Aún sin ser el arma en ataque predilecta del sistema, logró una altísima efectividad (60.9% en tiros de campo), formó una dupla letal con Garland en el pick&roll y su peso en defensa es fundamental. Además, se animó a tirar algunos triples cuando la ocasión lo permitía. Combo completo.

Una garantía defendiendo cerca de la pintura // Crédito: David Richard-USA TODAY Sports

Ahora, Allen es un agente libre restringido. Las posibilidades de que continúe en el equipo son muy altas, no sólo por lo necesario que resulta para Cavaliers sino porque también él se mostró cómodo en esta nueva etapa de su carrera. Sus habilidades (particularmente en defensa) para alguien de su edad no son comunes en esta liga. Verlo haciendo dupla en el frontcourt con Evan Mobley (ver el apartado sobre Draft más adelante) es una fantasía que no está lejos de ser realidad.

Veteranos: Love y Nance Jr.

La contracara del conjunto vino y oro fueron, tal vez, sus integrantes de mayor trayectoria. Kevin Love, Larry Nance Jr. y Cedi Osman no estuvieron a la altura de las circunstancias en esta temporada y las lesiones no ayudaron. El ex-Minnesota registró su peor temporada en puntos (12.2) desde su temporada rookie allá por 2009. Por su parte, Nance fue el de mejor rendimiento con grandes aportes en el costado defensivo, pero su estilo de juego no pareció encajar por momentos en el esquema del equipo. Por último, el turco tuvo una de sus peores campañas en cuanto porcentajes de tiro (37.4% y 30.6% desde tres), un aspecto que Cleveland precisa mejorar exponencial y urgentemente.

Crédito: Jason Miller / Getty Images

¿Hay alguna solución para esta problemática? La respuesta, aunque un poco decepcionante, en principio sería que no. Cavaliers no se puede permitir grandes incorporaciones en la agencia libre y reubicar a alguno de sus veteranos es una tarea difícil. Love ya no es aquel que era en 2016, y algunas de sus actitudes durante la temporada no cayeron del todo bien entre los integrantes del plantel. Una cosa está clara: el núcleo joven, aunque talentoso y con mucho futuro, no puede hacer milagros.

El que no arriesga no gana (y, a veces, pierde): los casos de Kevin Porter Jr. y Andre Drummond

Andre Drummond llegó proveniente de Detroit durante la campaña pasada y tuvo un impacto positivo en los encuentros que disputó bajo las órdenes de Bickerstaff. El pívot promedió 17.5 puntos y 13.5 rebotes, junto con 1.6 robos y 1.2 tapones por juego. Aún así, con la llegada de Allen y la presencia ya excesiva de big men en el roaster, su nombre fue apuntado como uno de los principales para abandonar el barco antes (o durante) el trade deadline.

Drummond, aún con la camiseta de Cleveland, sonríe junto a LeBron James, histórico jugador de la franquicia de Ohio y futuro compañero suyo en Los Angeles.

Finalmente, Drummond partiría buyout mediante rumbo a Los Angeles para cambiar el vino por el púrpura y vestir la camiseta de los Lakers. La gerencia no logró gestionar un intercambio por el jugador, en parte por la dificultad de equiparar su elevado salario. Koby Altman, general manager de la franquicia de Ohio y con una extensa relación con Dre, declaró hace unas semanas: «Es un gran tipo (Drummond) y no quería ponerlo en una posición en la que juegue menos y arruinar sus estadísticas. Llegamos a una resolución con él y su agente para que no juegue y siga entrenando y siendo parte del equipo. Como no llegamos a un acuerdo para tradearlo, lo dejamos ir a donde sea que él quiera… Le agradecimos por su tiempo con nosotros, el cual fue enormemente positivo».

Otra situación particular para la franquicia se dio con Kevin Porter Jr., quien era otra de sus jóvenes promesas junto con Sexton y Garland. El talento que el escolta mostraba cada vez que estaba en la cancha contrastaba con su vida personal, un poco más problemática. A finales del año pasado, una publicación en su Instagram que fue entendida como una intención de suicidarse prendió las alarmas en el equipo. También un pequeño altercado con la ley por posesión de drogas y por manejar estando ebrio, incidente que no pasó a mayores.

Kevin Porter Jr - Cleveland Cavaliers
Un joven talento que migró a tierras texanas // Crédito: Patrick Smith/Getty Images

Pero la mecha explotó por completo a principios de este 2021. Luego de que su casillero fuera reemplazado para colocar el de Taurean Prince, Porter Jr. explotó contra sus compañeros, su entrenador y la dirigencia. Este episodio derivó en su rápida y casi discreta salida de Cleveland hacia Houston Rockets por una segunda ronda protegida top 55. Literalmente, nada. En su nueva etapa en Texas, el joven de 21 años parece estar encontrando su mejor versión y acomodándose para liberar su enorme potencial. El futuro para él, ojalá, será brillante.

Las lesiones, malditas lesiones

Sin lugar a dudas, el condicionante principal de esta temporada para Cleveland Cavaliers. Desde la lesión en el tobillo de Taurean Prince que hizo que se pierda el final de la campaña hasta el debut tardío de Kevin Love, pasando por los tobillos de Sexton y Garland y la fractura en el pulgar derecho de Nance Jr.. Al bajo nivel se le sumó la imposibilidad de que los titulares compartan una abundante minutos sobre el parqué. ¿Algo para hacer? Un trébol de cuatro hojas o llamar a algún brujo para que exorcice el vestuario, tal vez.

Kevin Love, uno de los más afectados por las lesiones. Recientemente renunció ir a los JJOO con el Team USA por no sentirse al 100% físicamente // Crédito: John Locher, Associated Press

Los números son impresionantes: Garland-Sexton-Okoro-Nance-Allen, el quinteto más utilizado en la 2020-2021, apenas jugó 141 minutos y 10 partidos en total. La variante con Kevin Love entrando en lugar de Nance disputó tan sólo 85, y ni siquiera fue la segunda alineación más común. La inestabilidad e inconsistencia, otro de los factores fundamentales para explicar los malos resultados.

Aspectos a mejorar

El GM Altman se muestra, a pesar de todo, optimista: «No lo juzgamos por victorias o derrotas. Seguramente hubiésemos ganado un poco más si estábamos sanos». Si bien es verdad que el trabajo para organizar una base de jugadores jóvenes es hasta ahora muy bueno, los Cavs precisan de un salto de calidad para volver a ser un equipo competitivo. Los fanáticos son exigentes, y el directivo lo sabe: «Nuestros fans quieren básquetbol ganador nuevamente y entiendo perfectamente eso. No pierdo de vista que debemos empujar para adelante y comenzar a ganar partidos». El cambio es lento pero debe hacerse en algún momento. Y cuanto antes, mejor.

En cuanto al juego, el aspecto principal para trabajar es la efectividad en el tiro. La adquisición de Taurean Prince como un 3&D de experiencia es un comienzo, pero salvo él ninguno de los integrantes del plantel superó el 40% de efectividad desde la línea de triples (técnicamente Quinn Cook también, pero estuvo en apenas siete juegos). Garland, el que más cerca está, se ubica en 39.5%. El equipo tiró 33.8%, un número muy bajo en comparación con el resto de la liga que se ubicó alrededor del 38%. «Ves a los equipos que están en playoffs y los mejores están en el top 10 de eficacia desde el triple», declaró Altman. Y con mucha razón.

El (otra vez) bendito Draft

Otro año pasó y Cleveland Cavaliers tuvo, nuevamente, mucha suerte en la lotería del Draft. La elección número 3 viajó hacia Ohio y la alegría por otra alta selección es mucha. Sacando a Cade Cunningham como el cantado pick 1, el desfile de nombres es cuanto menos interesante: Green, Mobley, Suggs, Kuminga… Salvo alguna gran sorpresa, será el proveniente de USC quien vista la camiseta de Cavaliers la próxima temporada.

Evan Mobley nació el 18 de junio del 2001, mide 2.13 metros y pesa 98 kilogramos. Es un pívot largo con grandes capacidades técnicas y atléticas, además de destacarse en la defensa tanto perimetral como cerca del aro. Su efectividad en el tiro y su físico son dos aspectos a mejorar, aunque el camino a recorrer es todavía largo. La dupla que puede formar con Jarrett Allen y el poderío defensivo en la pintura será, sin dudas, algo muy interesante de ver.

Conclusión

¿Cuántas temporadas más podrá el equipo mantenerse en la mediocridad? ¿Será el pick número 3 del Draft la pieza faltante para armar un plantel competitivo? ¿Podrá Cleveland Cavaliers ser el mismo de hace unos años? Todo está por verse. Ningún cambio bien hecho es rápido y los procesos deben ser respetados como tales. Pero lo principal es dar el primer paso en la dirección correcta. Para lo que puede llegar a venir después (ya sean cosas buenas o malas) habrá tiempo para resolverlo.

*La imagen principal es de Nathaniel S. Butler/NBAE via Getty Images

Manuel Giles

Fundamentalista de Lou Williams.

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