Los Warriors empatan la serie en el regreso a San Francisco

Tras los primeros dos partidos de la serie entre Sacramento Kings y Golden State Warriors, el tercero y el sexto del oeste respectivamente, la clasificación a la segunda ronda de playoffs se complicaba para los de la bahía, que debían afrontar un 0-2 en contra por primera vez con Steve Kerr como entrenador. Sin embargo, si hay algo que caracterizó a los Warriors esta temporada fue la ventaja que sacan jugando de local. Y, tras los dos encuentros disputados en Sacramento, la serie viajaba a San Francisco, donde Golden State estaba obligado a ganar para mantenerse con vida.

El tercer encuentro comenzaba de mala manera para Warriors ya que Draymond Green, pieza clave del equipo para defender a Sabonis, fue suspendido por una jugada antideportiva en el juego 2, por lo que Golden State debía encarar un partido sumamente importante sin uno de los referentes del equipo. Esto hizo que jugadores como JaMychal Green y Anthony Lamb vieran minutos en la rotación para ayudar a Looney a frenar a Domantas. El trabajo defensivo de Kevon hasta ahora ha sido muy bueno en la serie, y ha logrado neutralizar lo suficiente al pívot lituano, en especial en el tercer partido en el que Looney logró 20 rebotes, incluyendo 9 ofensivos. 

Otros jugadores que vieron minutos positivos en el juego 3 fueron DiVincenzo, Kuminga y Moody, aportando la energía necesaria en defensa para molestar todo lo posible a De’Aaron Fox, y es que el base de Sacramento ha estado intratable durante toda la temporada, y estos playoffs no son la excepción. A pesar de no haber tenido el mejor partido en cuanto a porcentajes de tiro, Fox le cambia siempre la cara al equipo y aporta velocidad y vértigo que genera huecos en la defensa rival. 

El factor determinante de la primera victoria de Golden State en esta postemporada fue Stephen Curry, quien vió un cambio en su rotación que lo hizo jugar en los últimos minutos de cada cuarto. El base finalizó el encuentro con 36 puntos y 6 triples con el 50% de acierto. Cuando las papas quemaban, apareció el número 30 para darle tranquilidad a la franquicia de San Francisco.

Llegamos entonces al juego 4. Ya con Draymond de regreso, se confirmó que no integraría el quinteto titular, sino que saldría del banco. Con esta decisión quedaba claro que la estrategia para frenar a Sabonis sería poner a Looney y a Green en momentos distintos para que siempre haya alguien con presencia en la pintura. A su vez, esto significaba que la rotación sería más corta que en otros partidos, ya que ni Lamb ni JaMychal Green vieron minutos.

De’Aaron Fox estuvo realmente imparable en este partido, y los Warriors no encontraron respuesta para frenarlo. Tanto Wiggins como Steph y hasta incluso Draymond tuvieron el trabajo de marcarlo en ciertos momentos y ninguno pudo hacerle frente. El principal problema llegó cuando ingresó Keegan Murray, ya que Fox atraía las marcas para que Murray quedara solo, y el rookie no perdonó a la defensa de Golden State. 5 triples en 7 intentos y 23 puntos en total fueron las estadísticas finales para el ex Iowa. 

Del otro costado de la cancha, la figura de los Warriors Steph Curry tendría que soportar la agotadora defensa de Davion Mitchell, un experto en la materia desde sus épocas en Baylor. Curry tuvo que sacar a relucir todo su repertorio ofensivo que le sirvió para terminar el partido con 32 puntos. Klay Thompson fue una pieza muy importante en este juego 4 ya que, tras tener una noche floja en el tercer partido, pudo encontrar desde temprano su tiro y aportó triples en momentos complicados.

Otro jugador que se lució fue Jordan Poole, explotando una nueva faceta de su juego, la de atacar el aro. Al igual que Thompson, Poole tampoco se sintió cómodo en el juego 3, por lo que al llegar al cuarto duelo, decidió ser más agresivo para penetrar la defensa de Sacramento, algo que le resultó muy efectivo y que ayudó a Golden State a tomar la ventaja. No solo fue la tenacidad para atacar la pintura lo que le dió resultados, sino que también demostró su capacidad para tomar decisiones inteligentes y no siempre buscar el tiro al aro. 

En un partido tan reñido, era lógico esperar un final tan ajustado como emocionante, y fue exactamente lo que ocurrió. Muchos errores en los últimos minutos por parte de ambos bandos llevaron a que los Warriors lideren por un punto con diez segundos restantes. En el último suspiro del duelo, Harrison Barnes lanzó un triple con un segundo en el reloj para ganar el partido y quedar 3-1 arriba en la serie. La pelota pegó en el borde del aro y salió, generando euforia entre los fanáticos de Golden State, que igualaba la historia 2-2.

Ahora la presión la vuelven a tener los Kings, que se ven obligados a ganar el miércoles en su cancha para no tener que volver a San Francisco estando abajo en la serie. Quedan por lo menos dos partidos más en este apasionante duelo de postemporada, y prometen la misma intensidad que los encuentros que se han disputado hasta el momento. 

*Foto de portada: Cary Edmondson