Histórico debut de James Harden con Brooklyn
En un abrir y cerrar de ojos, se rompió la NBA. El 13 de enero, James Harden, líder en anotación de las últimas tres temporadas, máximo goleador de la década y MVP en 2018, arribó a New York para conformar un letal “big three” junto a Kevin Durant y Kyrie Irving. “La Barba” no se fue en buenos términos de Houston, pero tardó sólo un partido en encantar a su nueva ciudad.
El ex Rockets y Thunder anotó 32 puntos, capturó 12 rebotes y repartió 14 asistencias en su primera aparición como Net. Fue el 47vo triple-doble de su carrera, el primero para un debutante en Brooklyn y el séptimo para un debutante en cualquier equipo de toda la historia de la liga. Como si fuera poco, Harden añadió a sus números 4 robos y un tapón.
Harden inició la noche con cierta timidez. En el primer cuarto, se encargó principalmente de hacer fluir el balón entre sus compañeros, además de sumar algún que otro rebote y robar dos pelotas. Lanzó (y falló) apenas dos veces, ambas desde la línea de tres puntos, hasta que a 6.8 segundos del final anotó sus primeros tantos vía tiros libres.
Progresivamente, su nivel fue mejorando y finalizó el segundo cuarto con indicios de alcanzar dobles dígitos en los tres rubros estadísticos principales (8 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias). «Al principio estaba pasando demasiado la pelota, podías ver cómo trataba de que todos nos sintiéramos cómodos. Después, entró en su modo más agresivo y anotador y abrió todo el juego para nosotros…», graficó Durant.
Es que a partir de la segunda mitad, comenzó el verdadero espectáculo. La barba se adueñó de la ofensiva de Brooklyn y sacó a relucir su arsenal completo de movimientos: dibujó crossovers hasta quedar de frente al aro, bombardeó desde el perímetro tras sus icónicos step-backs y hasta tuvo el coraje de tirar desde media distancia. En el proceso, trazó pases imposibles para sus compañeros, que respondieron con un admirable 14/19 en tiros de campo tras recibir la naranja de sus manos.
Además de lo que reflejan los números, se lo vio especialmente comprometido con el equipo, contrastando fuertemente con lo hecho en las últimas semanas en su antigua franquicia texana. Harden dejó sudor y sangre en cancha, alentó cuando le tocó estar en el banquillo y aplaudió a sus compañeros ante cada conversión. «Se lo ve feliz, y eso no tiene precio», interpretó el legendario Dwayne Wade.
«Se sintió increíble», declaró Harden. «Espero que lo hayan podido deducir desde mi sonrisa y mi forma de jugar. Estoy emocionado. Se vienen cosas buenas«, prometió.
Sonrisas compartidas
Además del debut de Harden en Brooklyn, el duelo de la fecha significó el reencuentro entre el angelino y Kevin Durant, que había sido su compañero en Oklahoma City Thunder. Ocho años y medio después de su último baile vestidos de celeste y naranja, los MVP’s volvieron a compartir equipo.
KD se despachó con 42 puntos (su máximo de la temporada), 4 rebotes y 5 asistencias. Como dupla, acumularon un total de 70 tantos anotados (récord como compañeros) y 19 pases de gol, que en sumatoria marcan que estuvieron implicados de forma directa en 107 de los 122 puntos finales de Brooklyn.
«Fue increíble», resumió Kevin Durant.

«Con la energía y la camaradería que teníamos, se sentía como si hubiéramos estado jugando durante mucho tiempo, aunque es la primera vez que este grupo comparte cancha», agregó Joe Harris.
«Sabemos lo que es -declaró Steve Nash, su nuevo entrenador- un jugador de básquet de clase mundial. No me sorprendió para nada su capacidad de crear juego, lo viene haciendo hace más de seis años y es por eso que estamos muy emocionados de tenerlo con nosotros», concluyó.
Lo que viene
Brooklyn tendrá una prueba de oro el lunes 18 (21:30 hs de Argentina) ante Milwaukee Bucks, el equipo más dominante de la conferencia Este de las últimas temporadas, y luego se reencontrará con Jarrett Allen y Taurean Prince en un back-to-back frente a Cleveland Cavaliers.
Aún está a la espera algún tipo de información sobre Kyrie Irving, quien no disputa un partido desde la victoria contra Utah Jazz del 5 de enero por «motivos personales». En referencia al impredecible número 11 de Brooklyn, Harden declaró que cuando se integre al equipo vendrán «horas tenebrosas» para quien sea que los enfrente.