Después de mil y un traspiés, Giannis y los Bucks son los nuevos campeones de la NBA

Para llegar a la gloria, a todo tipo de obstáculos hay que enfrentarse. Desde los más sencillos hasta los más avanzados. Caídas siempre habrá pero lo más importante es poder superarlas y seguir. Además, lo más importante, aprender de ellas.

El camino de Giannis Antetokounmpo arrancó en 2013 como un pequeño de 19 años proveniente de Grecia que fue elegido por Bucks en el pick 15 y su consagración a la gloria fue ayer, un 20 de mayo de 2021. Las batallas de adaptación fueron claves y necesarias para el chico. A medida que transcurrían los años, crecía en su nivel y encontraba compañeros que lo acompañarían hasta el final.

Acá comenzó todo.

De promediar seis a doce y de ese número, a meter 16 puntos por encuentro. Tres largos años habían pasado. Ya era 2017 y su nivel ya provocaba estragos. Apenas 22 años de su vida le alcanzaron para ser elegido por primera vez como All-Star, el jugador más mejorado de la liga y sus primeros playoffs.

Del otro lado, los Raptors de Lowry y DeRozan. Un equipo fuerte en todas las líneas y que le provocó la primera caída a Giannis del camino largo hacia la gloria. Aún así, supo volver (y volar) para reinstalarse en ese recorrido y seguir.

Al año siguiente, y ya con compañeros fieles a contribuir su camino a la gloria, no solo consiguió ser All-Star, sino que también crecer su nivel. Ahora no fueron 22 puntos, sino 27 su promedio. Se convirtió en el líder de los Milwaukee Bucks y tuvo otra chance de llegar a la gloria: los playoffs del 2018. Sus soldados hicieron todo lo posible junto a él pero llegó otra caída. En siete partidos, donde las batallas terminaron en el último segundo, cayó otra vez el griego. Su verdugo no fue el mismo Zeus o Hades. Fueron los Boston Celtics. Esta vez, estuvo a un encuentro de seguir en busca de la gloria pero le llegó otro puñal.

Del cual se levantó, se curó y volvió a instalarse en el camino. Porque en el recorrido ya llegaba el año 2019 y otra chance de buscar el tan ansiado objetivo. Sus soldados fieles a él y a su lado siempre. Soportando cada puñal colectivo y volviendo al ruedo. Esta vez, el griego jugó a otro nivel. Como si fuese el hijo de Zeus. Eso le valió ser el mejor de los mortales en la liga y otra oportunidad de gloria.

Pudo superar la primera guerra por primera vez. Faltaban tres más. La segunda comenzó con un traspié pero cual Alejandro Magno le supo sacar la ficha a su contrincante. Superó sin piedad a su rival de verde. Y luego llegó un viejo y conocido enemigo. Años atrás le supo clavar el puñal al griego. Pero estos, relacionados con los dinosaurios, venían renovados. Seguía Lowry pero no estaba más DeRozan. Kawhi Leonard era el nuevo soldado al que Giannis debía vencer. Las dos primeras batallas fueron favorables al griego con autoridad. Pero luego perdió cuatro seguidas. No le cayó como un puñal sino como un tridente de Poseidón. Otra vez se presentaba la caída. Y tan cerca del objetivo.

La desolación, pintura al óleo.

Aún así y con una herida tan grande, se supo curar y volvió a presentar batalla. Llegaban ya rumores de que algunos pueblos lo querían para combatir. Pero él decidió quedarse en el que lo vio nacer, crecer y luchar. Llegó otro año y el griego seguía en el camino a pesar de tantas lastimaduras. Y su nivel siguió como siempre y mejor. Seguía siendo el mejor de todos y le llegó otra oportunidad. 

Una peste lo obligó a jugar fuera de su pueblo. Aún así le ganó la primera guerra a un rival que nunca le dio batalla. Como favorito, se topó con uno de esos pueblos pequeños pero con gran corazón. Giannis se topó con la Macedonia del rey Felipe, que ahora tenía a Jimmy Butler como nombre, y perdió. Las tácticas de aquel conjunto fueron muy eficaces ante el griego y sus compañeros que nunca supieron descifrarlas. Otra caída más. 

Desolador panorama pero él siguió. A sus espaldas otros pueblos se reforzaban con todo. El de Brooklyn, el de Philadelphia, el de Los Ángeles. Si quería llegar a la gloria de una vez por todas, las batallas iban a ser muy duras. Aún así, pasó la temporada, llegó el 2021 y al griego se le presentó otra vez la oportunidad. 

La primera guerra fue contra su verdugo del año pasado, la Macedonia del rey Butler. Pero Giannis supo aprender de sus errores y le ganó cada una de las batallas en el terreno. Todas, no perdió nunca. El griego estaba a gran nivel pero sus compañeros también. Middleton, fiel a él por siempre, le cubría las espaldas cuando lo anulaban. Jrue Holiday también. 

La segunda fue ante un gran pueblo. Tenía combatientes de élite como Kevin Durant, James Harden y Kyrie Irving. Giannis y sus compañeros perdieron las dos primeras batallas. Todo el mundo criticaba al griego por su pobre nivel, y su posible fracaso nuevamente. Sin embargo ganó las siguientes dos. Durant en la quinta rozó los niveles de Zeus y superó nuevamente a Antetokounmpo. Pero él y sus soldados no quisieron que suceda lo de años anteriores. Con lo posible trataron de anular a un dios como KD  y lo lograron. Este último casi le arruina la chance a Giannis de llegar a la gloria. Pero los detalles definieron que el griego esté otra vez a dos guerras de alcanzarla. 

Esta vez se enfrentó ante un grupo joven pero que venía de dar sorpresas. Eliminó a la multitud de New York y al gigante en cuanto a soldados de Philadelphia. Eran chicos con una frescura pocas veces vista. Aún así, Giannis ya estaba demasiado inspirado y a pesar de algunos percances, obtuvo la victoria. 

A Giannis solo le faltaba ganar cuatro batallas.

Llegaban las últimas batallas. Si las ganaba, la gloria. Si no, a un paso de esta. Del otro lado, los de Arizona con un comandante de mil batallas como Chris Paul y un talento nato como Devin Booker. Alrededor de ellos, soldados de suma confianza como Jae Crowder, Mikal Bridges y DeAndre Ayton. 

Las dos primeras batallas fueron de Suns. Giannis y sus compañeros no encontraban la respuesta a los ataques de los de Arizona que eran hirientes de tal forma que nunca dejaban posibilidad al contraataque. 

Pero las siguientes dos, y en la tierra que lo vio crecer, fueron de Giannis. En la tercera, vencieron sin pudor a Phoenix que no vio forma de detener al griego. Mientras que la cuarta fue un conjunto de emociones: al principio todo era desolación ya que los Suns salieron con ansias de liquidar a todo jugador de Milwaukee en el terreno. Pero los compañeros del griego aparecieron. Los que siempre le cubrieron la espalda: Middleton y Jrue Holiday. Y dieron vuelta una batalla que parecía la de Waterloo desde el punto de vista de Napoleón. 

A los dos les faltaba vencer en dos batallas para alcanzar la gloria. Las cosas volvieron a Arizona y los tres jinetes de la muerte le robaron las esperanzas de victoria a Devin Booker que luchó hasta el final en solitario. Aquellos tres, Giannis, Middleton y Holiday, se encargaron de robar la batalla en territorio ajeno para consolidar la gloria en casa.

Una batalla más. En casa y ante 65 mil espectadores de lujo. Los cinco soldados de siempre fueron los encargados de ir en busca de la gloria: Jrue Holiday, Khris Middleton, Giannis Antetokounmpo, PJ Tucker y Brook Lopez.

Los primeros doce minutos fueron todo del local. Giannis quería terminar de una vez por todas y mostró un nivel exorbitante en el terreno. Pero todo lo que se cosechó en ese tiempo, fue desperdiciado en los segundos doce de batalla: Bucks se quedó sin ideas en plena batalla y su contrincante aprovechó. El de mil luchas, CP3, se encargó de que él y sus soldados pongan todo a favor de ellos, la visita. 

Pero en los últimos 24 minutos, el griego fue apoderado por Zeus. Se encargó de la victoria y con una ayuda mínima de sus compañeros, logró el tan ansiado cometido: darle la felicidad al pueblo que lo adoptó y lo vio crecer hasta convertirse en lo que es hoy, el mejor del mundo en su labor.

Milwaukee Bucks ganó el segundo anillo en su historia. Giannis Antetokounmpo alcanza la gloria con el equipo que lo eligió en 2014, con el que sufrió mil y un heridas pero de las cuales siempre se levantó. Jugó su mejor partido de los playoffs y se vio reflejado en sus 50 puntos que marcó anoche. 

Él y Bob Petit son los únicos en marcar 50 puntos en el partido consagratorio.

Cualquier tipo de dolores vivió: desde la eliminación con Raptors en finales de conferencia hasta la derrota con el Heat en la burbuja. Los rumores siempre estuvieron sobre su ida pero él eligió quedarse para alcanzar la gloria. 

Su rival le dio pelea hasta el final. Chris Paul a sus 36 años casi lleva a Suns a su primer título en la historia pero enfrente tuvo a Zeus. El base hizo todo lo posible, como el mismo Devin Booker pero no les alcanzó tras unos playoffs históricos para la franquicia, tumbando grandes equipos. 

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