Dallas y una temporada sin avances ni retrocesos
La temporada de Dallas Mavericks no fue un paso hacia atrás, pero tampoco fue uno para adelante. Esto no es necesariamente negativo en una franquicia que, sin duda alguna, todavía no terminó de acomodar todas sus fichas, pero deja un interrogante, o dos , de cara a la próxima temporada: ¿barajarán y darán de nuevo o le darán una chance más al núcleo duro que hay en el equipo?
La previa
Antes del inicio de la temporada 2020/21 se dio un traspaso que, para muchos, era un win win; a priori, ni Philadelphia 76ers ni los Mavs perdían con el trueque de Seth Curry por Josh Richardson y Tyler Bey. Sin embargo, y a pesar de que en materia de puntos por juego la diferencia fue casi mínima, Curry se adaptó a los Sixers mucho mejor que Richardson a Dallas.

El otro gran misterio era el de Luka Doncic, que venía de tener una 2019/20 prácticamente inmejorable. Mientras en la temporada regular había tenido 28,8 tantos, 9,4 rebotes y 8,8 asistencias de media, en la serie de Playoffs frente a Los Angeles Clippers había cosechado 31, 9,8 y 8,7, superándose a sí mismo. La duda no corría solamente por si podría mantenerse así o no, sino por el lado de qué podrían aportar sus compañeros.
Durante la temporada
El comienzo no fue el ideal, ya que con 21 encuentros disputados poseían una marca de 8 victorias y 13 derrotas, insuficiente para prenderse en la lucha por los puestos de arriba de la Conferencia Oeste. En la pretemporada, Doncic había sido señalado por su forma física —y él mismo había admitido que no estaba en su mejor momento en ese sentido— y en los primeros juegos había estado bastante impreciso con su tiro, pero con el correr de los cotejos se fue acomodando y con él, su equipo. Después del 8-13, vino un 15-6 que fue vital para pensar en el resto de la campaña. Luka no solo fue titular en el All Star Game de marzo, sino que con sus 27,7 unidades, 8 recobres y 8,6 pases gol por partido se ganó un lugar en el primer equipo de la NBA, donde también fueron elegidos Giannis Antetokounmpo, Stephen Curry, Nikola Jokic y Kawhi Leonard.
En la temporada regular, Kristaps Porzingis fue la segunda espada de Doncic: sus 20,1 puntos, 8,9 rebotes y 1,3 tapas fueron clave para el 42-30 final y quinto puesto en el Oeste de los de Texas. Tim Hardaway Jr. (16,6p, 3,3r) y Jalen Brunson (12,6p, 3,4r, 3,5a desde la banca) fueron también baluartes en ataque pero, a base de un trabajo que no se ve siempre reflejado en las estadísticas, Dorian Finney-Smith se convirtió en uno de los mejores defensores del equipo y en socio de Luka.

Playoffs y post
Otra vez, los Clippers fueron los rivales en la primera ronda de la postemporada, con una eventual definición de serie en Los Angeles si se llegaba hasta el séptimo y último escalón. Y se llegó. Después de seis juegos en los que ninguno pudo ganar de local, los de California rompieron el maleficio y avanzaron a las semifinales de conferencia.
Mientras Doncic dio una clínica de básquet con 35,7 tantos, 7,9 rebotes y 10,3 asistencias, Porzingis fue el gran criticado por los aficionados: 13,1 unidades, 5,4 tableros y una baja considerable en su efectividad en el tiro de tres puntos, que pasó de un 37,6% en seis intentos en el curso regular a un 29,6% en menos de cuatro lanzamientos en Playoffs. Así, mientras al esloveno intentarán convencerlo de que firme la extensión para cuando termine el próximo año, aún no saben si le buscarán pronta salida al interno letón.
Además, como si fuera poco, la franquicia despidió a Donnie Nelson, gerente general que estuvo en el cargo por 23 años, y recibió la noticia de que Rick Carlisle no sería más el entrenador después de 13 años. El 28 de junio, se conoció que el mítico Jason Kidd va a ser el coach de los Mavs. “Dallas significó mucho para mí como jugador”, dijo quien fue campeón en 2011 y buscará repetir la hazaña sentado en el banco.
*La imagen principal es de Kim Klement-USA TODAY Sports