Dallas y un alemán que cambió su historia

Al hablar de Dallas Mavericks hay un factor, como lo es la elección de Dirk Nowitzki en el Draft de 1998, que divide la historia en dos. Pero la realidad es que ese hito nunca podría haber sido posible sin los que pasaron antes, desde los más intrascendentes hasta los relevantes.

Allá por los finales de la década de 1970, un grupo de personas, con el empresario Don Carter como principal inversor, se propusieron llevar un equipo a Dallas. Pero había dos impedimentos, que no eran para nada menores: ya había equipos en San Antonio y Houston, también del estado de Texas, y la liga estaba pasando uno de sus peores momentos económicos, que recién aflojaría con la explosión mediática de la rivalidad entre Magic Johnson y Larry Bird.

A pesar de las contras, durante el fin de semana del All Star de 1979, se anunció que habría una votación para añadir dos nuevas ciudades con equipos para la temporada 1980/1981. Tiempo después se aprobó la ampliación de la liga a la ciudad texana, mientras que los residentes de Minneapolis, la otra zona involucrada, tuvieron que esperar unos años más para tener representación en la liga.

Para el Draft de 1981, los Mavs seleccionaron en la primera posición a Mark Aguirre, quien sería su primer jugador franquicia. Con él como principal arma ofensiva, consiguieron en la temporada 1983/1984 su primera participación en Playoffs. Tras eliminar a Seattle Supersonics, quedaron en el camino ante Los Angeles Lakers. Aguirre jugó allí hasta mediados de la 1988/1989, cuando fue traspasado a Detroit, y así culminó la primera etapa importante de la historia de los Mavericks, en la que no pudieron conseguir un título pero sí hacerse un nombre en la liga.

Durante los ´90, el equipo vivió una época de reconstrucción. Después de una suspensión de la NBA por violar la política antidrogas a Roy Tarpley, quien era talentoso pero conflictivo, la organización traspasó, en 1992, a Rolando Blackman, que para esa altura ya era el máximo anotador del equipo de Dallas. Si bien la llegada de un joven Jason Kidd en 1994 ayudó a mejorar la imagen, no obtuvieron los mejores resultados.

Fue en 1998 cuando comenzaron a tomar otro rumbo, no solo por la llegada de Nowitzki, sino por el traspaso que hizo posible que también se sumara el canadiense Steve Nash. En la 2002/2003, el equipo tuvo una marca de 60-22, y a pesar de haber perdido la final de conferencia, fue un adelanto de lo que podía mostrar un quinteto liderado por el alemán.

En 2006, casi 30 años después de su primer partido, pudieron disputar unas Finales de la NBA. Luego de barrer a Memphis Grizzlies, pasar en siete partidos a San Antonio Spurs y en seis a Phoenix Suns, perdieron la serie por el campeonato ante Miami Heat, con un resultado de 4-2.

Esta campaña no hizo más que fortalecer la creencia de que en Dallas se podía hacer algo grande al año siguiente, siempre y cuando estuviera Nowitzki a la cabeza. El ala pivot ganó el premio al Jugador Más Valioso, tras promediar casi 25 puntos y 9 rebotes, y el equipo tuvo un histórico récord de 67-15, que no sirvió de mucho ante los Golden State Warriors del We Believe.

En 2010, después de algunas eliminaciones en Playoffs y ya con un veterano Kidd de vuelta en Dallas, comenzó la temporada más importante de la historia. 57-25 fue la marca, pero esos números no reflejaban los comentarios negativos que la prensa emitía. La serie contra Portland Trail Blazers se definió en seis juegos, frente a los Lakers, bicampeones de la NBA, en solo cuatro, y ante Oklahoma City Thunder en cinco, con una histórica actuación de quien es, para muchos, el mejor extranjero de la historia de la liga.

La final fue contra Miami Heat, que para ese tiempo había juntado a Dwayne Wade con otras dos superestrellas como LeBron James y Chris Bosh. Sin embargo, y frente a todo pronóstico, la franquicia texana ganó 4-2 y Dirk fue elegido MVP de las finales.

Se podría decir que los años posteriores fueron cuesta abajo, con un Nowitzki más grande y sin que la organización tomara las mejores decisiones. Pero en 2019 consiguieron en el Draft a Luka Doncic, un jugador ya consagrado en el Real Madrid de España. Con –otra vez- un europeo a la cabeza, el equipo parece haber encontrado un rumbo para seguir y, en una de esas, repetir sus años dorados.

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