Allen Iverson, el ícono de la calle
*Aclaración*: Nota escrita por Lucas Garcilazo.
Allen Iverson es uno de los basquetbolistas más populares de finales de los 90 y comienzos de siglo XXI, pero no sólo destacó por su habilidad anotadora y veloz crossover, con el cuál rompía tobillos rivales sin siquiera tocarlos, fue un distinto que entró y rompió la estructura de la NBA.
AI se volvió la cara de la cultura hiphop en la liga, su estilo de basquetbol callejero, típico del «pickup» en las calles de los barrios carenciados, lo llevó a lugares que él seguramente no imaginaba durante su dura infancia. Pero no era solamente su estilo dentro de la cancha que llamaba la atención de multitudes, sino su estilo fuera de ella. Un chico salido de los proyectos de Hampton, criado entre la droga y la delincuencia, y con un pasar en la correccional de Newport tras un altercado en un boliche, logró ser uno de los jugadores más influyentes del siglo.
¿Que trajo Iverson a la liga, y cómo estos cambios molestaron a los gordos de traje? AI era un pequeño pero letal anotador, por su estatura y la presencia de Jerry Stackhouse dentro de la plantilla de los 76ers se lo intentó probar como base, y aunque no había nadie con la capacidad de manejar la pelota cómo él, su mentalidad de anotador ante todo desentonaba con el rol del base clásico que aún existía en los 90. Junto a Stackhouse nunca lograron ser la pareja anotadora que se esperaba, el talento individual de cada uno no pudo elevar a un equipo aún en proceso de reconstrucción. Tras los traspasos de Stackhouse y Clarence Weatherspoon a mediados de la temporada 97-98, Iverson se volvió la cara indiscutible de la franquicia en su segunda temporada.
Con está nueva notoriedad latente, Iverson también se hacía notar fuera de la cancha por su estilo peculiar para lo que era la NBA. Cambió el afro corto de su año rookie por unas trenzas gruesas; su vestimenta a base de cadenas y vinchas, pantalones y remeras holgadas, tan callejero como noventoso, se volvió más y más popular entre los jugadores. La NBA, a pesar de ser una liga representada en su mayoría por jugadores afroamericanos, mantuvo cierta distancia con respecto a la cultura y moda negra hasta los 90. Obviamente que a los dueños de franquicias millonarias, grupo dominado por señores blancos con edad para ser abuelos, no les gustó. Pasaron veinte años tratando de cambiar la imágen negativa que la liga se ganó en los 70, sólo para que un enclenque salido de los proyectos derrumbe todo un proceso.
Estéticamente hablando, ningún jugador influyó tanto como Allen Iverson. Esa influencia llevó a que el hombre que representa a los dueños en la NBA, el comisionado David Stern, tomara riendas en el asunto, introduciendo el código de vestimenta en 2005. Un reglamento estricto que atacaba la libertad del jugador de usar lo que quiera previo a entrar al estadio, y AI sabía que era por su look. «Me molestó, porque sentía que apuntaban a quienes se vestían como yo, sentía que no podíamos vestirnos como se nos plazca».
19 años después de recibir el premio al MVP de la temporada 00-01, su influencia dentro de la cancha la vemos en jugadores como Kyrie Irving, Damian Lillard, C.J McCollum, Donovan Mitchell, Steph Curry y muchos más; el pequeño anotador que a puro talento, explosión y desparpajo es valorado más y más, mientras que era un incomprendido décadas atrás. Allen entiende esto, es uno de los jugadores que más disfruta del talento actual en vez de criticarlo, este básquet distinto al que el vivió en su etapa en el parqué.
Fuera de ella, el código de vestimenta sigue siendo implementado, aunque no con la misma fiereza que antes, las cadenas, remeras sin mangas y la ropa suelta ya no aparecen en los conjuntos previo a los partidos, pero el jugador puede expresarse a través de sus atuendos, hoy más extravagantes y lujosos que callejeros.