Adaptarse o perecer, la historia de los Jazz en las últimas temporadas
Los Utah Jazz tuvieron un año cuyo rendimiento es difícil de dimensionar si no lo partimos en 2. Por un lado la temporada regular y por el otro la postemporada.
Los más consistentes en la temporada regular
Los primeros 72 juegos de los Jazz estuvieron por encima de las expectativas. Fueron el mejor equipo de la liga: Rudy Gobert obtuvo el premio al jugador defensivo del año, Clarkson consiguió el premio al sexto hombre y Quin Snyder ocupó el tercer puesto en los votos para el entrenador del año. Además de los galardones, las victorias se apilaron y a diferencia del ciclo pasado todo el grupo tuvo un excelente funcionamiento. Mike Conley y Jordan Clarkson subieron de manera considerable su rendimiento, mientras que el resto mantuvo un nivel similar al del ciclo anterior.
Los de Salt Lake City parecían ser los más cohesivos tanto dentro como fuera de la cancha. Los aparentes “problemas” entre Gobert y Mitchell (las dos superestrellas de Utah) parece que fueron solucionados, Conley aprendió a ser más efectivo sin la pelota en la mano y Clarkson siguió mejorando dentro de su rol de microondas desde la banca. Es decir que todos lograron entender sus roles en el sistema de Snyder.
Lo único negativo en esta etapa fueron las lesiones de de sus guardias titulares. Mitchell se perdió 19 partidos y Conley, 21.
Los playoffs, una historia distinta
Los verdaderos problemas comenzaron a aparecer en la postemporada. Se suele decir que : “El básquet es otro deporte cuando llegamos a los playoffs”. Durante toda la primera fase del torneo se puede mantener un solo sistema de juego y si este es muy efectivo no tiene por qué ser cambiado, se prioriza la consistencia por sobre todas las cosas.
Pero el inconveniente aparece cuando se juegan las series largas. En los enfrentamientos a siete juegos los entrenadores empiezan a preparar esquemas buscando que las flaquezas de los contrincantes sean expuestas y estos últimos deberán hacer los cambios pertinentes. Es decir que en general la primera opción en ofensiva, a la que la franquicia acudió a lo largo de la temporada regular, desaparece y los entrenadores deberán ingeniárselas de forma tal que puedan producir puntos de una manera eficiente a pesar de esta falta. En cuanto a lo defensivo se atacará a los eslabones débiles, que pueden ser tanto jugadores en términos absolutos (un ejemplo de esto es Lou Williams) como individuos en ciertas situaciones (Royce O’Neale contra un jugador muy rápido).
El problema de la franquicia fue su negación a probar cambios a lo largo de la primera parte del certamen, un caso muy similar se puede encontrar en el Milwaukee de los últimos años. En ambos casos más de una postemporada fue desaprovechada. Puntualmente en el caso de los dirigidos por Quin Snyder en los playoffs pasados el esquema de drop no fue adaptado al rango de Jamal Murray (que promedió 8 intentos por partido desde la tercera dimensión y más de 4 anotaciones).
La presión sobre Utah fue menor a la que podría haber sido dadas las características de su eliminación. Al no ser un mercado grande, los ojos de los seguidores ocasionales de la liga no le dieron la importancia merecida a la forma en la que terminó su año. Otra razón que logra explicar la baja cobertura de cómo terminaron el torneo fue el enorme rendimiento que mostraron los Clippers contra Phoenix en la siguiente ronda (teniendo en cuenta las condiciones del plantel). Aún así perdieron contra unos Clippers sin su máxima estrella y eso no es poca cosa.
En la serie que produjo su eliminación, los Clippers no atacaron a Gobert (más que nada porque no tenían el personal), sino que embistieron contra el sistema y a las pocas herramientas desarrolladas por el mejor equipo de la fase regular para adaptarse. Decidieron ir con un quinteto pequeño capaz de cambiar todas las posiciones y Gobert no supo sacar ventaja de sus centímetros, ya que no es habitual en su juego manejarse en el poste bajo.
Por otro lado, lo obligaron a defender en el perímetro, lo que le restaba gran parte de su valor en defensa como detractor en la pintura. El área pintada, sin Rudy, se volvió un colador en el juego 5. Cuando Snyder decidió ponerlo en el peor tirador del contrincante, Lue ajustó poniéndolo en la esquina y el peor tirador, Terance Mann, tuvo la mejor noche de su vida. Lo que lleva a uno a preguntarse: ¿Por qué Gobert jugó toda la serie? La respuesta es que el equipo no sabía defender sin él y el hecho de que no lo practicaron a lo largo del año fue muy claro.

Luego de ganar los 2 primeros juegos la franquicia con el jugador defensivo del año perdió los siguientes 4. En cuanto al ataque, con la lesión de Conley la ofensiva necesitaba a un iniciador cuando Mitchell era doblado y nunca pudieron encontrarlo.
El verdadero problema de Utah y el ejemplo a seguir
Se puede ver un problema subyacente a su eliminación, que es la falta de ajuste. Por lo que no consiguieron hacerle frente a las demandas de las distintas series. Aunque este obstáculo parece importante, la realidad es que es más que solucionable, pero va a requerir probar distintos esquemas a lo largo de los primeros 82 partidos, lo que seguramente va a llevar a un peor resultado en la próxima temporada en relación con esta. Nuevamente, el caso de Milwaukee es ejemplar, a pesar de empeorar su récord con respecto al obtenido en el año previo (56-17 el récord anterior y 46-26 el de este año), ahora son campeones de la liga, por lo que el futuro no tiene porqué ser distinto para Utah.
Siendo realistas, su espacio salarial es bastante limitado y teniendo enfrente la extensión de contrato de Conley, es muy difícil que algún otro movimiento aparezca. Es cierto que toda franquicia se encuentra abierta a cambios que le sean favorables, pero las opciones disponibles para el equipo de Mitchell no son necesariamente muchas.

Yendo a los jugadores, hemos visto que el conjunto del Jazz funciona de manera impecable, esto no quiere decir que todo sea ideal. Bogdanovic e Ingles tuvieron un gran desempeño en ofensiva, en defensa no siempre fueron buenos los rendimientos y en las series esto se notó aún más. Misma situación es la de Mitchell que es una impactante arma en ataque, pero su potencial defensivo parece ser mucho más alto que al que ha llegado a mostrar en su carrera.
Lo contrario sucede con Gobert que a pesar de ser uno de los mejores defensores de los últimos años sus limitaciones ofensivas se hacen más evidentes a cada paso hacia adelante que se hace en el certamen. Clarkson, a pesar de lo que uno podría haber pensado, es un individuo cuyos talentos funcionan muy bien en la postemporada y es un jugador muy útil.
La realidad es que a menos de que el equipo consiga una superestrella sin destruir al resto de su alineación, la plantilla será esta por los próximos años. No tiene porqué ser malo, si bien Milwaukee tuvo que conseguir a Holiday, no pareciera totalmente necesario hacerlo en el caso de los de Snyder. Los cambios deben ir apuntando hacia la maleabilidad y adaptación ante distintas circunstancias.
Una historia que se repite
Como conclusión veamos qué pasó en la temporada pasada, en la actual, en los playoffs pasados y en estos. Miren la similitud entre los playoffs y las temporadas regulares, la ofensiva mejora, pero la defensiva empeora (de manera mucho más marcada) en las fases eliminatorias. Parte de esto se comprende cuando uno toma en cuenta que la defensa en las últimas dos temporadas dependió casi de manera exclusiva de (el dos veces jugador defensivo del año) Rudy Gobert. En cada serie el fue al que buscaron los equipos para exponer y la falta de ajuste fue lo que desnudó por completo al pívot en estas instancias. Nuevamente, el juego es muy distinto en las series largas en comparación con la fase regular, en la primera lo importante es la consistencia, mientras que en la segunda es saber ajustar. El que mejor se adapte será el que no perecerá.
Todas las imágenes fueron obtenidas de Getty Images, excepto en la que aparece Rudy Gobert que se obtuvo de The Salt Lake Tribune.